El chocolate Dulcinea es tan popular en Marruecos que, hasta el cierre de los pasos fronterizos en los enclaves españoles de Ceuta y Melilla en 2020, las mujeres porteadoras solían introducirlo en el país. A partir de ese momento, para satisfacer la creciente demanda de chocolate en Marruecos, la empresa española invierte en producción local.
Dulcinea abrió su fábrica marroquí en la ciudad costera de Tánger en 2020 y comenzó con la fabricación de cremas de chocolate para untar. Los planes para seguir invirtiendo se vieron retrasados inicialmente por la pandemia, pero el reto fundamental ha sido desarrollar el negocio a pesar del elevado coste de las materias primas del chocolate en este país norteafricano.
«No hemos creado esta empresa en Marruecos con el fin de ahorrar costes», afirma José Miguel Cañada, director general de Dulcinea Maroc desde 2023. «La decisión de ampliar se basa en los deseos de dar mejor servicio a los clientes locales y expandirnos a otros países de África y Oriente Próximo».
La fábrica marroquí de Dulcinea debe importar la mayor parte de sus materias primas de proveedores españoles, aunque ello conlleva gastos de transporte y aduanas. Esto se debe a que la mayoría de los ingredientes del chocolate, como el cacao, la leche en polvo y el aceite de girasol, son caros en Marruecos. En cambio, el envasado es mayoritariamente local. No obstante, la empresa está adoptando medidas para obtener las principales materias primas de proveedores locales mediante la firma de acuerdos de asociación con empresas marroquíes.